Afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.
La activación del sistema endocannabinoide juega un papel importante en la regulación de trastornos de ánimo o depresión. Por ello, se ha investigado en varias ocasiones los posibles efectos de los cannabinoides tanto en humanos como en animales de experimentación.
Según estudios en roedores modificados para padecer depresión, realizados por Mangieri R. (2008), demostraron tener alterados los niveles de cannabinoides endógenos y el receptor CB1 cannabinoide, implicando a este sistema como posible causa etiológica de la depresión. De esta manera, cuando se mejoraba la señalización del receptor cannabinoide, había una mejora en los síntomas característicos de la enfermedad.
Pero donde se tienen una ayuda a manera complementaria si se está realizando un tratamiento para la depresión, es cuando se utilizan los cannabinoides para paliar algunos de los síntomas característicos de ella: ansiedad, estrés, falta de apetito o insomnio.
Aunque queda mucho por investigar, las propiedades de los cannabinoides parecen ser una alternativa interesante en cuanto al diseño de futuras terapias para enfrentarse a ciertos tipos de depresión.